Seis mitos sobre la depilación
La depilación es una práctica milenaria con la que se elimina el pelo de algunas áreas del cuerpo fácilmente. En torno a este proceso estético giran algunos mitos: la extracción del filamento es muy dolorosa, potencia el crecimiento de hebras más gruesas, reseca y deteriora la piel, etc. Todas ellos son aspectos relativos que podrían depender directamente del tipo de piel de la persona.
Antes de adentrarse en el tema de la depilación corporal, es importante conocer un poco acerca de la historia de esta práctica con fines estéticos e higiénicos. Todo comienza en el antiguo Egipto, donde la depilación era empleada por los sacerdotes como señal de purificación, mientras que las mujeres de clase alta egipcias y romanas tenían permitido el rasurarse para realzar su belleza.
Ya en 1915, la revista estadounidense “Harper ‘s Bazaar” lanzó una campaña en pro de la depilación de las axilas, lo que dio paso al boom de la depilación y, con ello, a múltiples productos para hacer de este proceso una tarea confortable. Recordemos que, en la antigüedad, la depilación se llevaba a cabo con métodos dolorosos como la ceniza caliente, la grasa de hipopótamo o la llama de una lámpara.
Actualmente, existe un gran número de marcas dedicadas a la fabricación de equipos eléctricos – mecánicos y dispositivos con tecnologías especiales (láser y luz pulsada) capaces de eliminar el vello de áreas localizadas: línea del bikini, cejas, rostro, piernas, axilas, brazos, entre otros. Además, existen las técnicas con hilo o cera.
A continuación, comentamos acerca de estos productos y los principales mitos de depilarse con ellos.
Principales mitos asociados a la depilación
Son muchas las formas de deshacerse de los molestos pelos en la piel, ya sea con una depiladora electrica, depiladora de láser o con tecnología de luz pulsada (IPL), por medio de cera caliente, a través de la técnica de hilos de algodón o seda.
Estos métodos son de gran eficiencia, poseen costes y resultados diferentes, de acuerdo al tipo de piel: normal, seca, grasa, mixta o hipersensible. Además, tras el uso de estas técnicas de depilación hay algunos mitos. El hecho de que sean ciertos o no, deberá ser juzgado por cada persona desde su experiencia personal.
1. La depilación con rasuradora aumenta el grosor del pelo
Algunos estudios realizados niegan los efectos de la rasuradora de depilación eléctrica o manual sobre los filamentos. Al deslizar las hojillas de la afeitadora sobre la piel, el pelo es cortado al ras y las puntas finas de los vellos son eliminadas, por lo que al comenzar a crecer se obtiene la impresión de que dichas hebras tienen mayor volumen.
2. La depiladora es mejor que la cera
Son muchas las personas que prefieren usar depiladoras porque estos equipos pueden ajustarse a un mínimo de 0,5 milímetros, según el diámetro del vello. Por su parte, con la cera se extrae el pelo de raíz, de modo que el crecimiento es más lento.
Aunque ambos métodos son eficaces, la depiladora electrica podría considerarse mejor, porque es fácil de manipular y puede usarse dentro o fuera de la ducha, mientras que la aplicación de la cera requiere más tiempo e incluso la ayuda de un profesional.
3. Depilarse provoca vellos encarnados
Este mito no es del todo falso. Se trata de la funiculitis o afección en el tallo piloso, que se origina por hongos, enfermedades autoinmunes, entre otras. A su vez, la persona experimentará síntomas como ardor, comezón, irritación e inflamación, según David Saceda, dermatólogo del Hospital Universitario Ramón y Cajal, ubicado en la ciudad de Madrid.
Al depilar las axilas, cejas o barba, llevar a cabo la depilación zona bikini, línea del ombligo, región pélvica y piernas, ya sea empleando una cuchilla o cera, la aparición de pelos encarnados es muy frecuente, especialmente si el vello tiene una naturaleza gruesa y rizada.
4. El largo del pelo no importa al depilar la piel
Hay quienes comentan que si se usa un equipo de depilación de alta calidad, no importará el largo del vello, pero en realidad esto no es cierto. Recordemos que los dispositivos fabricados para realizar este tipo de tareas poseen un sistema de corte ajustable en milímetros, es decir, el pelo no puede exceder los cinco milímetros de diámetro del filamento.
De lo contrario, la eficacia del producto podría no ser la esperada y se producirían tirones, por lo que se indica recortar con una tijera el vello muy largo antes de iniciar la depilación para evitar inconvenientes.
5. No es necesario preparar la piel antes de la depilación
Es importante que la piel en general esté hidratada, ya que la piel reseca es más propensa a irritarse y deteriorarse con la depilación. Cualquiera que sea el proceso estético a aplicar, la hidratación con cremas nutritivas es fundamental.
Además, se debe tener en consideración la lubricación de la piel a tratar, porque el cabezal del equipo empleado será deslizado por dicha superficie y, si no está protegida, podría sufrir deterioro, cortadas o tirones. Por ello, es indispensable aplicar un gel especial, espuma, crema o jabón de tocador. Así, la depilación será segura.
6. Las áreas sensibles no son aptas para depiladoras
Generalmente, se denominan áreas sensibles la región pélvica, el rostro y las axilas. Se trata de superficies que, según los mitos, no deberían ser tratadas con depiladora, para evitar irritaciones.
La verdad es que los dispositivos de depilación actualmente poseen tecnología de vanguardia, que les permite adaptarse a las necesidades de cada persona. Quienes no saben cómo depilarse las cejas, puedes usar una perfiladora eléctrica o por pulsaciones, cuyo cabezal posee un tamaño adecuado para dicha área del rostro. Igual ocurre con las otras partes del cuerpo.
Estos son algunos de los principales mitos sobre la depilación que, como se ha aclarado, son falsos. En suma, se recomienda inicialmente conocer el tipo de piel y la naturaleza del vello, para así adquirir el producto que más convenga, eliminar el pelo de forma segura y cuidar de la piel.
